miércoles, 12 de marzo de 2008

LA NEGOCIACIÓN EN LA FAMILIA (primera parte)

Los adolescentes, al estar viviendo un momento de rebeldía y de cuestionamiento de la autoridad, en todo momento están poniendo a prueba los límites que tratan de establecerles los padres. Necesitan sentirse dueños de los horarios de llegada a casa, de su horario de estudio, las actividades que realizan en su tiempo libre... Pero esto no es siempre posible en las familias, ya que el adolescente no está sólo y sus conductas influyen en la vida familiar.
La hora de la negociación es muy importante tanto para los padres como para los chavales, ya que el bienestar de la familia y los límites dependen de los acuerdos a los que se puedan llegar en momentos de negociación. En relación a esto, hay puntos sobre los que los padres deben estar muy firmes:
  • Mantener la coherencia entre lo que digan tanto la madre como el padre. Si esto no se produce, el adolescente aprovechará el vacio de poder que dejen entre ambos para hacer lo que quiera.
  • Exponer los motivos por los que al chaval se le pide un cambio de conducta o se le ponen límites. Estos motivos es mejor que estén basados a favor de la convivencia familiar y en el bienestar del adolescente, y no en una imposición de los padres.
  • Realizar pequeñas concesiones a cambio de cooperación en las tareas domésticas, o en cualquier tipo de actividad que revierta en el bienestar de la familia.
  • Que la última palabra la tengan los padres, pero previamente escuchar los motivos del chaval.

No hemos de olvidar que la convivencia familiar está basada en el diálogo y el respeto mutuo, contando con todas las opiniones de una forma horizontal. El momento en el que los padres se deben imponer es cuando la postura del adolescente esté vulnerando los derechos de la familia o de otras personas del entorno; o esté llevando a cabo coductas de riesgo para sí mismo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Sin duda alguna estoy deacuerdo con el comentario que hace Carmen en el sentido de acordar con los hijos los temas que mas le importan para evitar el autoritarismo y la imposición. YO añadiria que lo que se negocie tiene que ser algo perfectamete realizable por el hijo y consentido por los padres y contextualizado, Es decir no se puede acordar con un/a adolescente de 16 años que llegue a casa a las 5 de la mañana pero tampoco a las 9 de la noche) y por otro lado lo que se acuerde es de obligado cumplimiento siempre y sino pues eso tiene que tener consecuencias, es decir, que tambien al negociar y dialogar con adolescentes, tambien hay que educarles en saber negociar y cumplir con lo que se ha pactado.
Ánimo con el blog Carmenpi.

DelejuCR dijo...

No he entendido bien eso de realizar "pequeñas concesiones a cambio de cooperación en las tareas domésticas". Pensaba que la convivencia familiar está basada en el diálogo y en el respeto mutuo, no en relaciones comerciales (de intercambio de favores) e intereses que no persiguen la responsabilidad compartida del bienestar familiar sino los "favores hechos a los padres que deben pagar de alguna manera". Creo que la idea de tareas domésticas no persiguen la consecución de ayudar a los padres sino de asumir la responsabilidad compartida y gradual del bienestar común.

karmele dijo...

Gracias, Jaime, por el comentario sobre el tema de las tereas domesticas en el marco de la negociación.

Por supuesto no se trata de que el adolescente sepa que "si hace la cama le van a dejar una hora más por la noche o le van a comprar una moto". No se trata de establecer relaciones comerciales padres/hijos, cooperar en las tareas de la casa no puede ser una moneda de cambio.

A lo que me refiero con lo de las "pequeñas concesiones" es al refuerzo positivo:
Conceder un premio por la buena conducta del adolescente,que ha asumido que tiene responsabilidades dentro de la familia.

Espero que haya quedado claro. Muchas gracias por pedir estas aclaraciones, Jaime, entre todos podemos hacer de este blog una herramienta util y clara para ayudar a los padres en la educación de sus hijos adolescentes.