Entendemos por consumo experimental de drogas aquél que realiza el individuo con la única motivación de conocer una sustancia y sus efectos sobre su propio organismo. En la adolescencia, es común que la necesidad de trasgresión, la presión del grupo de iguales y la curiosidad, lleven al chaval a consumir drogas con la finalidad antes expuesta.
Es importante que a lo largo de la historia de la familia, se haya dejado claro al adolescente que "no todo es necesario experimentarlo para saber que es bueno o es malo". Otra de las estrategias consiste en trabajar ocio alternativo con el adolescente, para que frente a la presión grupal el chaval pueda optar sin necesidad de quedarse solo.
No obstante, el consumo experimental puede legar a ser un consumo ocasional para convertirse en habitual si la experiencia primera resulta satisfactoria. Por lo tanto, los padres deben estar alerta a los primeros síntomas de consumo en sus hijos.
Cuando hablamos de drogas ilegales, hemos de tener claro que son menos los adolescentes que consumen que los que no consumen, por lo que el tema de las drogodependencias debemos trabajarlo desde la normalización. Si un consumo se detecta, a un adolescente no se le puede tratar como a un drogodependiente crónico, sino que se puede trabajar el conflicto que ha surgido a raiz del consumo partiendo de sus dieferentes ámbitos, para ir corrigiendo poco a poco hábitos o comportamientos de riesgo del adolescente.
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1 comentario:
Hola karmele. No entiendo muy bien lo de la normalización en las drogas. Me ha parecido muy bien todo lo que has puesto de la fuerza del grupo de iguales, la necesidad de trasgredir y experimentar en carne propia...
Desde la normalización ¿por qué hacer problema de un consumo experimental? Cierto que el tratamiento es distinto que al consumidor crónico, pero una cosa es la estrategia y el plan de tratamiento y otra cosa distinta es lo que yo entiendo por normalización. Pediría que me lo aclararas.
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